jueves, 14 de julio de 2011

Mapas rojos

Desapareciste durante un tiempo, sólo volviendo a ratos, muy fugaces todos. Era la forma de estar presente, en forma de recuerdo. Sabiendo que al cabo de un tiempo ibas a desaparecer, tenías que dejar la huella más grande posible. Lo conseguiste. Pusiste el rojo en mis cuadros, mis exclamaciones en mis frases, e incluso mis interrogantes. En tan poco tiempo como el que tuvimos, me dejaste claro que no iba a poder conocer otra mujer igual. Y, sinceramente, no lo hice. Y tampoco creo que lo haga. Porque ahora que volviste ya no es igual. Ya no eres la misma. No eres como aquella de la primera vez; ni siquiera la última vez en la que te amé tan locamente. Ahora simplemente te quiero, y sé que no podría vivir con otra mujer que no sea contigo. Duele admitirlo, pero tampoco quiero que sea de otro modo.
Y mira que tu vuelta, al igual que tu adiós, fue completamente inesperado. Quizás, si cabe, más. No porque descubriera que mis sentimientos por ti no habían cambiado lo más mínimo, sino porque, a pesar de ello, no estaba preparado. Aún así, no pasaron más de dos semanas hasta que mi corazón estaba más roto que cuando te marchaste. Eras el mosquito que rondaba. Si no lo aplastas, o lo ahuyentas, te acaba picando. Esa picadura puede durar unos días, una semana... Depende de lo que rasques, de que intentes dejarlo pasar. Contigo podían ser meses, años, toda la vida... Finalmente te alenté a que me picaras y tú, como buena mosca tsé-tsé, me indujiste al sueño, del que nunca despertaré.
Ahora las interrogaciones son más frecuentes que las exclamaciones. Los cuadros tienen más colores que el rojo, blanco y negro. La monotonía nos acompaña tan a menudo que ya se ha convertido en una relación a tres.
Te pido perdón. Todo esto suena feo, quizás a arrepentimiento. No era mi intención. Es una bendición. La monotonía, la vida en colores, las interrogaciones... nada nunca tuvo más sentido que este presente. Somos el resultado de lo que tú has querido hacer con nosotros, y me gusta el resultado. No sabes hasta qué punto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario