sábado, 13 de agosto de 2011

Perro extraño guardián

Sin conocerte ya te quiero, porque llevo esperando por ti toda mi vida. Eres la persona con la que soñé alguna vez encontrar. Es muy brusco soltarlo así sin venir a cuento, pero si crees que lo que yo creo, si sientes lo que yo siento, ven y vuela conmigo. Las dobleces de mis sábanas son producidas por mí, única y exclusivamente por mí, por las vueltas que doy en la cama esperándote, y tiene más ganas incluso que yo de ser compartida. Tras tantos años, lágrimas, risas (todo en solitario), se ha convertido en el mejor recipiente de mis pensamientos y dolores. Ha habido tantos a lo largo de tan pocos años que creo que cuando caigas en la cuenta, me aceptes y vengas conmigo, se derrumbará, porque a pesar de estar deseosa de que te encuentre, mi cama no podrá soportar la embriaguez de mi mente, el éxtasis continuo que mantendrás en mi corazón. De toda relación hay un perdedor. Pero no temas, esta vez no serás tú. Ya me ocupo yo de no estar involucrados en más dolor.

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