lunes, 7 de noviembre de 2011

Está en el aire

Hoy necesito sacar mi vena arrogante. Que salga de y hable por mí durante un rato. Porque no la suelo sacar a pasear, como a un perro. Últimamente sí lo hago, que conste; un poco más a menudo de lo que solía. Quizás no sea arrogancia, sino autosuficiencia, conocimiento de mí mismo. Quizás me malinterpretéis y por eso me gane más de un "enemigo". Me da igual. Voy a hablar de muchas cosas en mi vida, pero voy a escribir sobre más. Voy a crear historias nuevas, relatos suficientemente cortos para no ser tomados en serio, suficientemente densos para marearte. Recuérdame cuando publique algo, cuando oigas decir que soy genial haciendo lo que hago; porque habré luchado por ello. Aunque, claro está, quizás ese momento no me llegue en mi momento más prolífico. Pero es que así como tengo que estudiar a unos poetas muertos tan torturados como yo, mentalmente hablando, puede que otros que vengan en el futuro, mejores que yo como lo van a ser, puedan motivarse. Porque no soy el mejor en nada. No te voy a impresionar en nada de lo que hago, si me conoces. La cuestión es que soy consciente de los cambios, del transcurso de mis ideas y pensamientos; y soy capaz de tramsitirlo de algún modo. Quizás se te escapen hilos, detalles, pero si conoces un poco de mi historia, podrás recorrer cada hilo de esa tela de araña, que es lo que escribo. Pero no es recomendable conocerme. La obra siempre supera a su autor.
He aquí mi botella con mi mensaje. Vosotros sois mi océano, el camino que ha de recorrer mi mensaje. Veamos si llega a algún lado.

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