sábado, 28 de enero de 2012

Kitchen Partying bajo el cielo de Aberdeen

Una vez más, y por fidelidad al tipo de persona que soy, sigo perdiéndome en canciones que me quitan el alma porque se la dejo en bandeja, en una presentación más que delicada y detallada para que se haga más fácilmente. En días así, cuando asimilas que parte de una época se acaba, cuando dices adiós consentido, con sentido de la pérdida, mis dedos me llevan a escoger ciertas canciones que me tocan la fibra sensible, la fibra "Mikel", si quieres llamarla de algún modo.
Este curso quizás sea como una fractura en dos: I. Primeros Erasmus; II. Segundos Erasmus.
Es increíble lo rápido que pasa el tiempo. Hace cuatro meses que llegué a este punto perdido de un norte que hacemos que tenga sur. Sabemos que nos tomamos las cosas como lo hacemos porque sabemos que el tiempo es breve y pasa demasiado rápido. Sí, teniendo en cuenta, hemos decidido vivir de un modo, disfrutar de una manera, querer de una forma sorprendentemente eficaz. Ayer lo dije: "soy medio romántico". Sí, cuando quiero a la gente (aunque no quiero a todo el mundo, y siempre es de un modo diferente), mi equilibrio se pierde. Sé que el equilibrio es imposible, pero por mi parte es mucho más complicado. Me lo han dicho y lo admito. Por eso me vuelvo a perder una y otra vez. Lo peor/mejor es que lo seguiré haciendo. Aunque "quizás tenga algo más de suerte esta vez", ¿quién sabe? Pero, ¡yo qué sé! Son cuatro meses y pico los que me quedan aquí, y no veo la hora que empiece, pero también quiero que acabe. ¿Por qué? Porque quiero poder decir que valió la pena, quiero hacer otro análisis más amplio y justo (aunque no lo suela ser, lo intento) y decir que he sido feliz aquí. Porque sí, lo estoy siendo. Pero no deja de ser difícil.

"Ojalá no sucumbieras a las garras de la noche"

1 comentario:

  1. Catro meses pasan en nada e, ó mesmo tempo, duran o suficiente para que poidas aproveitalos e dicir que mereceu a pena! Por aquí bótasete de menos, Mikel...

    ResponderEliminar