lunes, 14 de mayo de 2012

Acostumbrarse a la impaciencia.

Lo primero que te llama la atención es su voz: profunda, firme y rápida, más llamativa que la de una sirena. La risa con la que acaba la mayoría de sus frases es lo más atractivo de todo, lo que te llama a mirarla.
Cuando la miras, lo primero que ves es su boca. Esperas volver a escuchar esa risa tan arrebatadora de su boca pequeña con su sonrisa eterna, que hace de la comisura de sus labios el mayor objeto de deseo posible, impidiéndote acercarte y besarla; idea que, de todos modos, es inevitable e inapropiado a la vez, porque tampoco deseas, para nada, dejar de escucharla reír y hablar, hablar y reír.
Pero si levantas un poco la vista, ves la punta redondeada de una nariz más bien pequeña, perfectamente proporcionada. Siendo la característica menos llamativa de su rostro, hace por lo menos juego en una cara de un color tan indescriptible: acabas olvidándote de los colores si intentas definirlo.
No recuerdas que deberías seguir subiendo para mirarla a los ojos (también producto del miedo por algo que hayas podido ver) y vuelves a fijarte, prestando más atención, en la comisura de sus labios. La ves sonreír, y tu mirada se posa en sus mejillas. Más abajo, la 'zona del beso' reposa demasiado tranquila. Un leve suspiro se pierde en tu interior y apartas la vista. Se ha dado cuenta de que la miras (¡inevitable!) y te sonrojas. Pero la atracción que suscita tal belleza (por ser LA belleza en sí) te hace levantar la vista de nuevo y fijarte en sus ojos, aunque sólo sea de perfil. Se intuye un color verde tras unas alargadísimas pestañas interminables.
Cuando por fin ves esos ojos verdes profundos más allá de las pestañas, detectas cierta magia; imperceptible para un observador inexperto, indescriptible incluso para un escritor habitual. Es más de lo que el conjunto puede decir en general, más que los grandes rasgos que puedes percibir con esta cantidad eterna de frases. Dan más ganas de mirarla otra vez que grande es el deseo de acariciarle el pelo ondulado y asegurarse de que no es tan frágil como parece.
Es... todo... verdes... comisura... redondeada... besarla... ondulado... rápida... profunda... atractivo... pequeña... reír... eterna.. percibir...

Sus ojos verdes... su boca estrecha y su sonrisa tan amplia...

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