martes, 29 de mayo de 2012

La lluvia caliente y húmeda

"Traté de describir el tedio y la constancia de algunas cosas verdaderas. Creí que duraderas."
Asisto a cada una de sus canciones lo más elegante que puedo, porque me está dando un punto de vista diferente. En cierto modo, me está rompiendo algunos topicazos que tenía con las letras de las canciones, con  cantantes femeninas que, obviamente, estaban malamente fundamentadas pero que, aún así, mucha gente tiene. Aunque no es cuestión de consolarse en que los demás también tengan esas preconcepciones falsas de lo que es. Y lo que es es que esta chica es buena.

Y el hilo de pensamientos que sigue el anterior párrafo breve es el que me acompaña a menudo en las últimas semanas: quizás esté intentando ser demasiado igual con respecto a mí mismo, quizás también esté buscando romper con algunos moldes que he querido formar, desmenuzar generalizaciones sobre temas de los que me gusta pensar, hablar, pero sobre todo escribir. El que sepa qué es lo que me gusta escribir, lo que me gusta leer, sabrá sólo detalles. Si hay suerte (que sea buena o mala es cosa de los que sepan), sabrán algo más de mí; probablemente haya gente que sepa por dónde puede ir mi cabeza a la hora de pensar, de razonar. Y es por eso que no se lleva conmigo o, sorprendentemente, ese sea el motivo por el que me pueda apreciar un poquito más (cosa que sinceramente dudo). Pues si me ha dado la mínima oportunidad, sabrá que tengo la maldita manía de querer escribir un clásico. O, en todo caso, romper con estereotipos de un tipo de historias que me parecen en cierto modo estancadas. Es un problema bastante serio, ya que no sé utilizarlo, no sé darle un uso adecuado. Podría rebatirse diciendo que esa ceguera, esa obstinación puede ser un punto fuerte que me ayude a canalizar la imaginación que tengo (que por momentos no es poca), pero no sé controlarlo; no sé controlarme. Puede que le siga dando demasiada importancia  a lo que no debería ser tan importante, pero, ¿quién sabe? Quizás algún día aprenda, quizás algún día sea capaz de recorrer los callejones de mis ideas y sacarle todo el provecho posible. O, más seguramente, me dé cuenta de mis limitaciones, siendo entonces el momento que más provecho sacaré de mí mismo.


P.S.: Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario