lunes, 7 de mayo de 2012

Palacio viejo

No sé si conoces la sensación, pero es muy peculiar. Puede suceder poco antes de un evento que sabes que te va a cambiar, pero más con los días anteriores a un viaje largo del que puedes tardar en volver. Si lo recuerdas, la emoción aún te puede invadir el cuerpo. Lo llamo emoción porque es emoción, así de simple. Es algo bueno. Te llevas sensaciones buenas, y también malas, pero hay más de lo primero que lo segundo. Por eso sientes morriña antes si quiera de partir, porque ya deseas volver. Yo me acuerdo de casi todas las despedidas desde que me fui allá por septiembre. Recuerdo alguna mejor que otra, haciéndome también un poco de daño, aún a día de hoy.
Y sí, si aún me queda un mes para volver, mes que deseo que pase, también sé que eso mismo me pasará cuando ocurra. Y sé que tampoco va a ser fácil.

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