viernes, 30 de noviembre de 2012

El espacio, la cordura, la lluvia caliente y húmeda.

Un "yo te quiero sin saber por qué" de la canción me hace pensar en todas las películas de Hayao Miyazaki que he visto. Y no son pocas. O sí. Son pocas porque no son demasiadas películas, pero sí son bastante con respecto a toda su filmografía. O no. ¡Qué sé yo! Lo único que sé es que el "Sincara" es un personaje tremendo. Es muy divertido y también da algo de pena. Eso de las etiquetas le hace daño a mucha gente, como el gritar hasta perder la voz, o pensar hasta perder la razón.
Y nos hacemos mayores, o viejos, como dice Anni B Sweet (la chica tiene cierto encanto; no tanto como Zahara, pero no se le puede negar). Ahora descubrimos detalles, mapas, recovecos en la voz de la gente que nos hacen deshidratarnos por tanto llanto, agujetas en los abdominales de tanto reír. Yo últimamente no pongo filtros a la hora de dejarme llevar por las emociones. Tanto puedo una, como la otra, haciendo chistes cada vez peores, y aunque a veces pienso que me puedo llevar la luna debajo del brazo, es mentira. Como eso de que a veces parece que no pasa nada, y otras se acumula. Mentira. Muy mentira. Siempre pasa algo. Siempre. Muy siempre.
O quizá sea todo un sueño de Antonio Resines, convirtiéndose él en ese dios en el que quieren creer los idólatras.

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